martes, 2 de febrero de 2010

Profecías


Un libro nos permite varias cosas al mismo tiempo: extraer conocimientos, ser cada día un poquito más sabios, pelearnos con nuestras anteriores concepciones, ampliar el marco perceptual a través del cual observamos el mundo. Muchas otras veces, un libro nos da la alegría de recibir la hermosa lectura de un cuento, tal como me ocurrió un tiempo atrás indagando entre las líneas de diversas hojas. El cuento que elegí para regalarte, y que alguna vez me fue regalado en la lectura de un libro, se resume más o menos así:

“Una mañana, Juan se levanta y mira por la ventana que da a la calle. En la vereda de enfrente está el Banco Ldt., donde Juan tiene cuenta. Asombrado, ve una mancha en el vidrio del frente e inmediatamente imagina “Este banco va a quebrar”
Coherente con su profecía, cruza la calle y se queda en la puerta del banco a esperar que abran para sacar su dinero.
Pasa Pepe, el almacenero:
-¿Qué tal Juan?
-Bien, ¿Qué decís?
-¿Qué haces acá?
-Espero que abra el banco
-¿Vas a pagar un impuesto?
-No, voy a cerrar mi cuenta
-¿Por qué?
-Mira, por nada en especial, pero tuve una fantasía por el vidrio que está sucio ¿ves?, y entonces pensé ¿para qué correr riesgos?
Pepe, que también tiene cuenta en el Banco piensa: “Tiene razón ¿para qué correr riesgos?” Y acto seguido, se queda detrás de Juan, a esperar que el banco abra…
Pasa Doña María:
-¿Qué tal Don Pepe, cómo anda?
-Y, acá lo ve Doña María… esperando que abra el Banco
-¿Para qué tan temprano?
-Juan y yo vamos a sacar nuestro dinero de aquí. Un problema de riesgos, por lo de la mancha
La cola pasa a tener tres personas… No hacen falta más detalles. A la diez de la mañana, cuando abre el banco, hay dos cuadras de cola. Es la gente del barrio que quiere cerrar sus cuentas.
El banco no tiene allí todo el dinero en efectivo como para responder a todos los pedidos. A las doce el gerente del Banco sale a la calle y dice:
-Vamos a tener que esperar hasta las dos de la tarde porque mandé a buscar más fondos a la casa central, tranquilícense.
La gente escucha… se pone exigente, reclama su dinero, no puede esperar. Llegan los noticieros de televisión.
Al día siguiente, la noticia aparece publicada, radiada y televisada… la crónica relata los hechos con más o menos sensacionalismo. En todas las sucursales del Banco aparecen largas colas de personas que, enfurecidas, reclaman sus ahorros YA!
Las consecuencias son inevitables
Han pasado dos días, Juan se levanta y lee en el diario “El Banco Ltd. Es intervenido. Se teme su cierre definitivo”. Juan cierra el diario, sonríe y dice “yo sabia…”

“No hay nada que me dé más probabilidades de conseguir algo que creer que es posible. No hay nada que me reste mas posibilidades que creer que nunca lo lograré”

Jorge Bucay

Es a partir de dicha moraleja donde adviene el concepto de profecía autocumplidora. ¿De qué hablamos cuando simplemente la mencionamos?:
Una profecía autocumplida es una predicción que, una vez hecha, es en sí misma la causa de que se haga realidad. Los individuos no reaccionamos solo a cómo son los diversos acontecimientos, sino también, a la manera en que se perciben tales situaciones, y al significado que les damos a las mismas.
Un aspecto que no puedo dejar de suscitar, corresponde a la gran incidencia que implican los preconceptos teóricos que hacen a nuestro propio sentido común y proceso de sociabilización. Es menester estar advertidos de semejantes cuestiones, para que de tal manera podamos juntos comenzar a innovar y modificar nuestra forma de observar el mundo, y que advenga la posibilidad de desplegar nuevas percepciones ante las diversas realidades que hacen a cada una de nuestras historias de vida. ¿Cuánto de nuestra habitualidad es determinado por nosotros mismo?, ¿cuánto de nuestra cotidianeidad podría ser modificado?

“Para comenzar a obtener otros resultados no nos alcanza ya con solo cambiar las acciones: vamos a necesitar desafiar, ampliar o soltar las percepciones que tenemos:
Al desafiar, salimos de la creencia de que las cosas son sólo como nosotros las vemos
Al ampliar el rango de percepción, vamos a disponer de otras acciones.
Y al soltar, vamos a dejar de ver una cosa de una sola manera para poder verla también de otras.”
Marcelo Krynski

Es menester que juntos podamos ser plenamente concientes de la manera en que muchas veces determinamos nuestras acciones. El secreto consiste en detenernos, y mirar el mundo de forma diferente a como lo veníamos haciendo. Al menos, ya estamos advertidos.

Lic. María Laura Kastelan

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