jueves, 8 de abril de 2010

Los genes que se adelantan al desarrollo del cáncer de pulmón

Científicos norteamericanos descubrieron que ciertos genes del sistema respiratorio manifiestan cambios antes de que se desarrolle un tumor. En un futuro podría evitarse la enfermedad desde estadíos tempranos.


"Si los pulmones de fumadores pudieran hablar...”, fue el título que los autores eligieron para ponerle a su investigación. Más bien, podrían haber hecho referencia a lo que pasaría si esos órganos maltrechos pudieran avisar qué es lo que está por venir. Como sea, el estudio se publicó ayer en la revista especializada Science Transnational Medicine, y abre una luz de esperanza en el diagnóstico temprano del cáncer de pulmón.

Un equipo de investigadores de las universidades de Boston y de Utah, EEUU, y de la Agencia de Cáncer de la Columbia Británica, en Canadá, trazó una ruta bioquímica en los pulmones de fumadores y ex fumadores. Lo interesante es que esa trayectoria puede ser “desviada” antes de que el tumor comience a desarrollarse. Hasta ahora, no hay manera de saber de antemano que alguien va a padecer esa enfermedad en un futuro.

Básicamente, lo que los investigadores midieron es el nivel de expresión de ciertos genes en células que recubren importantes vías respiratorias, en pulmones de personas fumadoras con o sin cáncer, así como en aquellos con alto riesgo de sufrirlo.

De esta manera, descubrieron que ciertos genes, pertenecientes a una vía específica relacionada con el cáncer, se activaron en niveles mucho más altos en las vías respiratorias de fumadores que tenían cáncer o lesiones cancerosas en sus vías respiratorias, en comparación con aquellos que, aún compartiendo la adicción al cigarrillo, no desarrollaron la agresiva enfermedad.

Más aún, los investigadores también comprobaron que la actividad de dichos genes disminuyó en las vías respiratorias de los fumadores cuyas lesiones se redujeron después de hacer un tratamiento con una fármaco específico.

En un futuro, se entusiasman los autores del trabajo, este método podría ser extendido a otras células también expuestas al humo del cigarro, como las de la nariz y la boca.

En una comunicación con Hoy, el doctor Avrum Spira, uno de los autores de la investigación, explicó que, en los casos evaluados, los genes en cuestión comenzaban a activarse cuando los pacientes ya mostraban cambios “pre cancerosos” en sus vías respiratorias. Los científicos suponen que esas primeras manifestaciones son las que preceden a la formación de un tumor maligno, pero aún no lo han podido demostrar.

Por otra parte, Spira señaló que los fumadores que finalmente desarrollaron cáncer no compartían ninguna característica particular que los distinguiera de los que no enfermaron. “El comportamiento de los genes fue el mismo en los dos grupos, independientemente de la evolución que tuvo cada caso”, precisó el especialista.

Por último, subrayó que, aunque todavía no han estudiado estos indicadores en fumadores pasivos, esperan encontrar en sus genes la misma actividad.

Una enfermedad de detección más bien tardía

En diálogo con Hoy, el doctor Fernando Verra, presidente de la Asociación Argentina de Tabacología (Asat) confirmó que, por mucho, la causa número uno de los casos de cáncer de pulmón es el consumo de tabaco. Lamentablemente, según comentó el especialista, la detección de esta dolencia se realiza tardíamente en la generalidad de los casos, algo que, de por sí, caracteriza a todos los cánceres del sistema respiratorio. “Lo que suele pasar es que los pacientes se acercan cuando ya tienen síntomas, principalmente tos y expectoraciones con sangre. Para ese entonces, la enfermedad ya está avanzada”, precisó el especialista.

En cuanto a la actitud que toman los fumadores cuando, frente a un mal pronóstico, el médico les dice que tendrán que abandonar definitivamente el hábito, Verra contó que todo depende del nivel de adicción que tengan. “Si es leve, no les cuesta dejar de fumar, pero la mayoría de los casos necesita de un tratamiento específico que le ayude a lograrlo”.

Por último, Verra señaló que, de los 40 mil argentinos que mueren cada año, el 40% lo hace por problemas cardiovasculares, mientras que otro 40% perece a causa del cáncer. El 20% restante fallece como consecuencia de enfermedades respiratorias.

Cuando la vida muta a muerte

Las células son las unidades de vida más pequeñas del cuerpo humano. Una de sus funciones es reproducirse y morirse cuando ya no son útiles. De hecho, millones de células mueren a cada instante, y el mismo número nace inmediatamente. Se trata de un proceso muy ordenado en el tiempo y en el espacio, para permitir que exista siempre el número adecuado de células para cada etapa de la vida.
Cuando esta multiplicación de células se produce de manera descontrolada, se forman masas anormales, denominadas tumores.

Los hay de dos tipos: benignos y malignos. Los primeros son aquellos que no se propagan a otras zonas y que no comprometen la vida de la persona. Los otros, en cambio, se caracterizan porque suelen extenderse a otras partes del cuerpo, causando daño a otros tejidos y órganos, pudiendo incluso ser mortales.

Este traslado de un lado a otro se produce a través de la linfa o de la sangre. El segundo tumor se conoce como metastásico.

Fuente:diariohoy.net

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Tu opinión nos interesa, dejá tel y mail

Archivo del blog