domingo, 1 de agosto de 2010

Perplejidades

Él fue traspasado por nuestras rebeliones, y molido por nuestras iniquidades;
Sobre él recayó el castigo, precio de nuestra paz… el Señor hizo recaer sobre él la iniquidad de todos nosotros. Isaías 53: 5-6

Devastado por una enfermedad nerviosa degenerativa, mi amigo John ya no puede sentarse.
Una hormiga lo encontró. Luego vinieron otras. Más tarde miles desplegándose por todo su cuerpo… y él estaba demasiado débil para pedir ayuda.
A la siguiente mañana, la enfermera al levantar sus sábanas, lanzó un grito de asombro.
Todo su cuerpo estaba rojo y en malas condiciones por las mordidas.
Los que conocemos a John estábamos muy conmocionados y horrorizados.
¿Cómo pudo Dios permitir que esto le sucediera a uno de sus hijos?
Para ser honesta, me he preguntado lo mismo en muchas ocasiones. Preguntamos:
<¿Por qué Dios?> Sin embargo , no siempre es fácil discernir la respuestas inequívocas.
Cuando le preguntamos a Dios con honestidad , no nos da tantas respuestas como se da a sí mismo. Sí tú eres el que está en el centro del universo, sosteniéndolo para que no sea destruido, si todo lo que respira y tiene vida tiene su existencia en ti, no puedes hacer otra cosa sino darte a ti mismo. ¡Y Dios hace esto!. Con el fin de reducir nuestro enojo por el sufrimiento de nuestros seres queridos, debemos enfocarnos en un sufrimiento mayor: el de Jesús en la cruz.
Algunas personas que ven la vida de John con todo su sufrimiento piensan: ¿Por qué Dios no lo saca de sus apuros? Pero John tiene la respuesta. Él continúa dirigiendo a la gente hacia Jesús.
Como alguien dijera una vez: Jesús es Dios que está en medio de nuestras dificultades.
¿Últimamente has estado preguntando En lugar de permitir que la pregunta te aleje de Dios, accede a que te empuje hacia sus brazos de una forma más profunda.
El Dios que nos dio el regalo más grande se deleita en dar cada vez más de sí mismo.
Padre, tú sabes y comprendes las perplejidades de mi corazón. Cuando mi mente no puede entender tus caminos, permite que mi corazón simplemente confié en tu amor.
Joni Erickson

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