jueves, 20 de agosto de 2009

EL AMOR


EL AMOR (de la gente como yo)

Por : Ana Pérez

El amor es niño, porque en la elección, muchas veces nos equivocamos.

La mirada del amor es inocente, por eso muchas veces es traicionado.

El amor es poesía, por eso todo el mundo lo nombra en sus canciones.

El amor es ciego, por eso tropieza tantas veces, tiene la fuerza de un huracán, por eso derriba lo inderibable.

El amor no tiene oídos, por eso ignora las palabras hirientes.

El amor es un ramo de flores, porque perfuma el alma.

El amor es todas las emociones, porque te hace reír, llorar, soñar, cantar y lo que se te ocurra.

El amor es el sol, que aparece cada mañana para demostrarte que estas vivo.

El amor es calor, es frío, es inestable, es el si y es el no, el Yin y el Yan, lo negro y lo blanco.

El amor es eso y mucho más.

Porque si estás pensando y sintiendo que nadie te ama estás muy equivocado… y estás equivocado porque no te pusiste a pensar, que amaste y te equivocaste, que fuiste inocente y te traicionaron, no pensaste que esa canción que escuchaste, cantaba tu historia, no te acordaste que estabas ciego, por eso tropezaste y te caíste tantas veces, te olvidaste las veces que reíste, lloraste, cantaste y soñaste por amor, y ese amor entró en letargo, pero está latiendo, quiere volver a despertar, aunque siga siendo niño, ciego e inocente, quiere salir, respira hondo amigo, que el amor está esperando por vos….

Ahí.

Parado en la esquina.

Hace como 5 o 6 años que estoy haciendo radio, primero empecé con PARA MUJERES COMO YO, después me tomé un tiempo e hice otro programa que se llamo DE CORAZÓN A CORAZÓN, , después volví otra vez con PARA MUJERES COMO YO, y ahora hago, PARA GENTE COMO YO, porque aprendí que hombres y mujeres sufren por igual, tienen los mismos problemas y la radio me salvó la vida, ustedes me salvaron, por eso digo que es un programa de auto ayuda, y si me ayuda a mí, seguro te ayuda a vos.

Cuando empecé, lo hice para salir de un pozo, en ese que todos caemos alguna vez en la vida y salí.

Sabía que mi misión en la vida era comunicar, pero… ¿qué cosa tenía que comunicar?

Fue lo primero que me pregunté, y comencé a buscar, estuve en noticieros (con Daniel Friedrich), magazines (con Gustavo Dapiano), el tiempo me fue dando respuestas, más que respuestas fueron cachetazos, uno tras otro, cosas que compartí con ustedes, con los que me siguen desde entonces.

Me caí 100 veces y me levanté 101 y en cada caída preguntaba ¿por qué a mí?, después me pregunté ¿porqué no a mí? Y ahora me pregunto ¿para qué? Y cuando pregunté para qué se hizo la luz.

Edité un libro UN CAMINO HACIA LA LUZ (para gente como yo) de ahí en más, todo fue luz en mi vida porque de a poco fui aprendiendo y ese aprendizaje lo fui compartiendo con ustedes, mi gente.

Aprendí que el poder está dentro de nosotros.

Aprendí que nadie puede hacernos aquello que no permitimos,

Aprendí que nadie es mejor ni peor que otro, todos somos iguales en esencia, porque estamos hechos a imagen y semejanza.

Aprendí que si le deseo el mal a otro, ese mal me vuelve duplicado pero si hago el bien, lo que me vuelve es multiplicado.

Aprendí a no hacerle al otro lo que no me gusta que me hagan, pero tampoco permito que me hagan lo que yo no haría.

Aprendí que dar es el mejor remedio, pero dar sin esperar nada a cambio, porque si espero, si lo hago pensando en obtener algún beneficio personal, no voy a recibir lo que quiero, al contrario, pero si lo que doy, lo doy de corazón, lo que recibo es incalculable y no tiene precio.

Aprendí que cada minuto es una oportunidad para cambiar lo que no me gusta de mi vida.

Aprendí que no puedo esperar a mañana para decir lo que siento, porque mañana puedo no estar.

Aprendí que somos marionetas manejadas por el Maestro de Maestros, Rey de Reyes, Dios, Buda, Alá, Krishna, energía, vida, como mejor te guste llamarlo.

Aprendí que las religiones son inventos del hombre para tener más poder, porque Dios dijo: “NO LEVANTARÁS TEMPLOS EN MI NOMBRE” y existen miles, entonces ese mandamiento esta incumplido, ahí entendí que yo soy el templo del Dios viviente, que él habita en mí y solo a este templo tengo que cuidar.

Aprendí que la vida es solo la cara de una moneda, la otra cara es la muerte.

Aprendí que muy pocas veces VIVIMOS, porque nos dedicamos a pasar por la vida y cuando queremos VIVIR, la moneda gira y ya no tenemos tiempo.

Aprendí que nada es terminal en la vida, ni siquiera el cáncer, nada dura para toda la vida, pasamos muchos trabajos, muchas enfermedades, muchos amores, entonces descubrí que somos pasajeros de un tren llamado vida y nunca sabemos en qué estación vamos a bajar, y mucho menos, cuando.

Aprendí que nadie puede decidir cómo van a ser mis días, yo hago la elección.

Aprendí que puedo cometer millones de errores, porque soy humana, pero también soy un ser maravilloso, perfecto en vías de evolución.

Aprendí que la verdad siempre sale a la luz y que es verdad que la mentira tiene patas cortas.

Aprendí que el perdón es lo más grande y sagrado que existe.

Aprendí que no es necesario conocer a una persona para amarla y que ese amor es recíproco y podemos llamarnos amigos sin conocernos las caras, y que los amigos sinceros siempre están aunque no nos llamemos ni nos veamos y muchas veces pensemos que lo hemos perdido; ese siempre aparece en el momento justo.

Aprendí que la vida sin amor, no vale nada y que la soledad no existe, existe solamente, cuando me separo de la luz y vivo en tinieblas.

Aprendí que las tinieblas pueden destruir todo lo que cimenté, por eso debo andar con cautela, porque a veces sin que yo lo quiera… el diablo mete la cola.

Fuente: “Para gente como yo” Radio Cielo FM 106.9

1 comentario:

  1. siempre hermoso lo que escribis, demostrando toda tu valentia, desed que soy chica escucho y leo esas cosas y verdaderamente cada dia que pasa estoy mas orgullosa de vos.
    te amo.

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