miércoles, 18 de mayo de 2011

Crecimiento



Crecimiento
Por Erica Bendrich
No se que pasa por el termómetro de mi vida. Siempre me gustó integrar grupos, son pequeñas semillas que ayudan a crecer espiritualmente.
Hoy frecuento un grupo en que la palabra muerte convive y juguetea con la vida.
Nunca fui una persona conformista, a veces quejosa generalmente soñaba con el futuro y por el apuro desechaba el presente.
El acercamiento a éste grupo oncológico fue cambiando mi vida, los pájaros que surcaban mi espacio se aquietaron.
La vida comenzó a tomar protagonismo, en el mate de las mañanas, en el sol calentando la simiente, en el atardecer con perfumes de flores y en el anochecer de grillos.
Apreté el abrazo del amigo, y pude aprender a escuchar la palabra desbordada, que siempre brota desde el alma.
Escuché decir, vivamos hoy con todo, mañana es el infinito. Y me gustó esa frase poder eternizarla, hacerla mía, parar el calendario y estacionar las horas.
Aprendí a vislumbrar la caja de sorpresa que es la vida y el dolor que ella produce, pero el seguro renacer.
A pesar de eso, seguimos haciendo caminos.
Mi vida no está de la mano de esta enfermedad, aunque mis sentimientos griten cuando un amigo se va.
A mis amigos de Renacer.

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