jueves, 1 de septiembre de 2011

Avanzar más allá de las células madre embrionarias: un horizonte alentador.




Durante casi dos décadas, el mundo médico y el público estadounidense han intentado resolver el controvertido tema de las células madre, especialmente la discusión respecto a embriones humanos. Hace cuatro años, cuando los científicos “reprogramaron” con éxito células corporales adultas para convertirlas en células madre, algunos pensaron que el debate ético prácticamente había acabado. Esas células redirigidas, conocidas como células pluripotentes inducidas (o células iPS), encierran posibilidades terapéuticas.

“La ventaja es no hay necesidad de destruir ningún embrión humano”, explica el hematólogo y oncólogo de Mayo Clinic, Dr. C. Christopher Hook, quien en la edición de julio de Mayo Clinic Proceedings hace una revisión sobre la ciencia y ética de las tecnologías para células madre. “Se espera que estas células conviertan en innecesarias a las células madre embrionarias, a pesar de que los científicos que trabajan con ellas opinen que todavía no se ha alcanzado ese punto”.
Los científicos especializados en células madre siguen considerando a las células derivadas de embriones como la norma de oro entre ese tipo de células, por su pluripotencia o capacidad de convertirse en cualquier tejido del cuerpo. Otras tecnologías de células madre también ofrecen ventajas, por ejemplo: las células sanguíneas, de la médula ósea y del cordón umbilical contienen células madre que tratan la leucemia y otros tipos de cáncer de la sangre; pero debido a que son células madre adultas que carecen de pluripotencialidad, tienen limitaciones como terapia regenerativa universal. En cambio, las células pluripotentes inducidas que recién entran en escena pueden extraerse directamente de cada paciente para redirigirlas genéticamente a fin de reemplazar células enfermas, evitando el rechazo inmunológico y la necesidad de contar con embriones existentes u óvulos para crearlos.

El Dr. Hook advierte que todavía quedan retos por enfrentar con las células pluripotentes inducidas y que el público no debe esperar que dentro de un año, más o menos, surjan ya terapias.

“Uno de los problemas en la evolución de las tecnologías de células madres, en general, ha sido la publicidad irreal y promesa de terapias mucho más rápidas de lo que la ciencia logra producir”, acota el Dr. Hook.

En un editorial que aparece en la misma edición, el genetista médico, Dr. Andre Terzic, Profesor “Familia Marriott” para Investigación Cardiovascular en Mayo Clinic, menciona que si bien la tecnología para células pluripotentes inducidas podría aún no haber alcanzado su cometido, es invalorable para estudiar enfermedades y comprobar nuevos tratamientos.

“A fin de ayudar a los pacientes, es preciso acelerar el paso tanto en la investigación, como en los descubrimientos de la medicina regenerativa”, añade el Dr. Terzic.

Sin embargo, a nivel mundial, la investigación de vanguardia todavía depende de las células madre embrionarias, al menos como una vara de medida biológica.

“Es un tema que continúa siendo candente y muy politizado”, acota el Dr. Hook. “Algunos piensan que ahora debe resolverse la controversia sobre la necesidad de células madre embrionarias. Es de esperar que con el tiempo y gracias a las células pluripotentes inducidas, la percepción de necesidad y empleo de células madre embrionarias humanas se convierta en algo obsoleto; aunque muchos miembros de la comunidad científica piensen que aún falta mucho por hacer con ellas, pues podría haber otra alternativa de uso, pese a que lleve algún tiempo descubrirlo”.
Fuente:Clínica Mayo.

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