jueves, 8 de noviembre de 2012

¡Dios está conmigo!



“…pero Dios estaba con él…”  (Hch 7:9)

Quien dice estas palabras es el diácono Esteban, refiriéndose a José, el hijo decimoprimero de Jacob y primogénito de Raquel.                 

La historia de José se encuentra en el libro de Génesis, y es una de las más extensas narraciones referidas a un personaje que encontramos en la Biblia. La vida de José es emocionante y en sí encierra un sinfín de acontecimientos que nos invitan a reflexionar y a extraer grandes enseñanzas.

José se nos presenta como el hijo más amado de su padre, el más odiado por sus hermanos, el mejor hermano de todas las épocas; fue capaz de amar y de perdonar a sus hermanos el pecado más atroz de venderlo como esclavo.

Pero lo que más resalta de su vida es la frase que dice: “Jehová estaba con él”. ¿Por qué lo digo? Si leemos la historia de José nos da la impresión que no era así.

Veamos algunos acontecimientos de su vida:

a)      Quedó huérfano de madre cuando era niño.

b)      Sus hermanos le tenían envidia.

c)       Sus hermanos le quisieron matar.

d)      Sus hermanos lo vendieron como esclavo cuando tenía diecisiete años.

e)      La esposa de su amo (Potifar)  lo difamó.

f)       Injustamente fue puesto en la cárcel

g)      El jefe de los coperos se olvidó de él.

En medio de tanto sufrimientos, injusticias, difamaciones y olvidos, la Biblia dice “Jehová estaba con José”. Bien podemos decir que José pasó por todas. ¡Que difícil se hace soportar tanto! La clave del éxito de José fue simple y sencillamente la presencia de Dios que lo sostuvo, con el fin de que su corazón no se quebrantara por el dolor, no se rebelara ante la injusticia y pudiera soportar la cárcel y el olvido.

Al pensar en la vida de José, recuerdo que Jesús dijo: “En el mundo tendréis aflicciones”. ¡Qué cierto es!  ¡No estamos libres de sufrir! Al igual que los que no son cristianos, pasamos por dolores y problemas pero…lo grandioso es que ¡no lo pasamos solos!

José podría haberse desesperado, renegar de su fe, hundirse en la depresión y cuántas cosas más. Sin embargo nada de esto sucedió: soporto todo y salió victorioso, porque en cada momento Dios estaba con él. Su gozo y su paz lo ayudaron a enfrentar lo imposible.

Lo mismo sucede hoy en día. Jesús dijo:”Yo estoy en vosotros todos los días hasta el fin del mundo.” ¡Bendita promesa que nos sostiene y fortalece en medio de las tormentas de la vida!

Es cierto que a veces parece que es mucho lo que nos sucede pero, ¿no has sentido su presencia en ti en los peores momentos?

Mí querido hermano: ¡cuantas pruebas habrás tenido en tu vida! Si haces memoria, sin dudas recordarás que, igual que José, has pasado de todo; pero al hacer una revisión de los hechos, sin dudas tendrás que reconocer que no estuviste solo, y que gracias a ello hoy te encuentra feliz y gozoso con la experiencia y seguridad de saber que no importa lo que venga, por más duro que sea y aunque  parezca imposible de soportar, de igual modo saldrás adelante, sin deprimirte, sin dar lugar a la queja, sin desesperarte, porque él está y estará siempre contigo.

Ésa ha sido mi experiencia. Es lo que me sostiene. Realmente puedo decir con toda franqueza que, igual que José, él ha estado conmigo, y se que por su amor y misericordia seguirá estando.
Juan&Amelia Arregín.        

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