jueves, 21 de abril de 2011

Las pascuas no son un huevo de chocolate



Las pascuas no son un huevo de chocolate


Aunque es una golosina muy rica y actualmente se presenta con un envase impreso en policromía sobre polipropileno dorados y plateados lo cual lo hacen más atractivos, ellos no están solos, también forman parte de las ofertas las roscas y las salidas de turismo, esto no está mal si no perdemos el sentido de las pascuas.
El hecho real es que éste es el acontecimiento más grande que pudo haber sucedido en la era de la humanidad, “La Pasión de Jesús”.
Este mensaje está dirigido al paciente oncológico y está presentado en dos textos que me parecieron importantes, uno es de las santas escrituras y el otro Charles Spurgeon nos cuenta sobre el espíritu de Dios.
Felices Pascuas

El Consolador

Alabado sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, Padre misericordioso y Dios de toda consolación, quien nos consuela en todas las tribulaciones para que con el mismo consuelo que de Dios hemos recibido, también nosotros podamos consolar a todos los que sufren.
2 Corintios 1: 3-4

Nuestro Dios no quiere que sus hijos sean infelices y por lo tanto, él mismo, en la tercera persona de la bendita Trinidad, ha asumido el cargo de consolador.
¿Por qué lleva tu rostro colores tan lúgubres? Dios puede consolarte. Tú que estás bajo la carga del pecado, (no te ofendas, todos somos pecadores antes los ojos de Dios, no hay uno que no haya pecado) es verdad que ningún hombre puede ayudarte para darte paz, pero el Espíritu Santo sí puede. ¡Oh, Dios, a todo el que busca y no ha logrado encontrar reposo, concédele tu Santo Espíritu! Pon tu Espíritu dentro de él y él descansará en Jesús.
Y tú, querido pueblo de Dios, que estás preocupado, recuerda que la preocupación y el Espíritu Santo se contradicen entre sí.
“Pondré mi Espíritu en ustedes” quiere decir que te convertirás en alguien apacible, tranquilo, resignado y conforme con la voluntad divina. Entonces tendrás fe en Dios de que todo está bien.
¿Puedes tu decir: “Dios mío, Dios mío”? ¿Quieres algo más? ¿Puedes concebir algo más allá de tu Dios? ¡Omnipotente para hacerlo todo eternamente! ¡Infinito para dar paz! ¡Fiel para recordar!
Él es todo lo que es bueno. Él es la luz:”En él no hay oscuridad”. El Espíritu Santo nos hace entender esto cuando está dentro de nosotros.
En él nuestra felicidad a veces se eleva a grandes olas de regocijo, como si saltara a la gloria.

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