1.-Admitimos que éramos impotentes ante el cáncer y que nuestra vida se había vuelto ingobernable.-
2.-Llegamos a creer que un Poder Superior a nosotros podía devolvernos el sano juicio.
3.-Decidimos poner nuestra voluntad y nuestra vida al cuidado de Dios tal como lo concebimos.
4.-Sin miedo, hicimos un detallado inventario moral de nosotros mismos.
5.-Admitimos ante Dios, ante nosotros mismos y ante otro ser humano, la naturaleza exacta de nuestras faltas.
6.-Estuvimos enteramente dispuestos a dejar que Dios eliminase todos estos defectos de carácter.
7.-Humildemente le pedimos que nos quitase nuestros defectos.
8.-Hicimos una lista de todas aquellas personas a quienes habíamos hecho daño y estuvimos dispuestos a enmendarlo.
9.-Enmendamos directamente el daño causado a aquellas a personas siempre que nos fuera posible, excepto cuando el hacerlo perjudicaría a ellos o a otros.
10.-Continuamos haciendo nuestro inventario personal y cuando nos equivocamos lo admitimos rápidamente.
11.-Buscamos a través de la oración y la meditación mejorar nuestro contacto consciente con Dios, tal como lo concebimos, pidiéndole solamente conocer su voluntad para con nosotros y la fortaleza para cumplirla.
12.-Habiendo obtenido un despertar espiritual como resultado de estos pasos, tratamos de llevar este mensaje a otras personas, y de practicar estos principios en todos los aspectos de nuestra vida.
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