Nuevo enfoque para cáncer hepático

Bloquea los vasos que nutren al tumor y luego libera quimioterapia en forma sostenida

Dos pacientes con tumores de hígado inoperables serán los primeros en ser tratados en la Argentina con una nueva versión de una técnica denominada quimioembolización, en la que los médicos introducen en los vasos sanguíneos que nutren al cáncer microscópicas esferas cargadas con drogas quimioterápicas.
"Estas microesferas de 300 micrones son introducidas mediante un cateterismo en los vasos sanguíneos del tumor y avanzan hasta que éstos se hacen muy pequeños; entonces quedan atascadas, bloqueando el flujo de sangre que alimenta el tumor", explicó a La Nacion el doctor Ricardo García Mónaco, jefe de Angiografía y Terapia Vascular del Hospital Italiano, donde hoy se realizará el procedimiento.
Pero allí no termina el efecto de la quimioembolización: "Una vez dentro de los vasos del tumor, la quimioterapia comienza a traspasar la pared de la microesfera hacia el tumor ?agregó García Mónaco?. La liberación de la droga es muy lenta: dura unas dos semanas".
El tratamiento, reservado para pacientes con ciertos tumores hepáticos inoperables, permite administrar el quimioterápico en forma local, evitando su diseminación hacia otras zonas del cuerpo, como ocurre con las quimioterapias sistemáticas. Es por eso que sus efectos secundarios son mucho menores.
El nuevo procedimiento es una versión mejorada de la quimioembolización convencional, que se realiza en dos pasos: primero se hace llegar la droga oncológica mediante un cateterismo y luego por esa misma vía se introducen microesferas vacías, para bloquear los vasos que alimentan el tumor.
"Este nuevo método permite lograr una mayor concentración de quimioterapia en el tumor, en forma más precisa y, por lo tanto, con menores efectos secundarios ?dijo García Mónaco?. Lo que debe quedar en claro es que no es para todos los tumores hepáticos, sino para aquellos muy vascularizados, que no son operables y que reúnen ciertas características técnicas."
En los estudios clínicos realizados con este método se logró una sobrevida del 90% a los dos años del tratamiento, mientras que con la quimioembolización convencional se obtenía un 50% de sobrevida a los dos años.
Sebastián A. Ríos