En este día tan especial para los niños,
nos pareció oportuno publicar un trabajo realizados por estos profesionales de
la oncología, creemos que el niño forma parte del entorno del paciente y sabemos
que el cáncer afecta a toda la familia. (Luis Rafart).
Los Niños frente a
Dra. Estefania Errico Kaminski*
Dr. Mariano Gabriel Fernández**
Matías
tiene 8 años, es un chico curioso e inquieto de buen comportamiento en general,
cursa el 3º grado de primaria y una tarde habiendo vuelto de la escuela,
mientras toma su merienda preferida (café con leche y pasta frola de la Abuela ), pregunta a su mamá
Gabriela:”¿La Abuela
se va a morir?”.
La
situación precedente ¿Le resulta “Familiar” o frecuente? ¿Le resulta
preocupante? ¿Consultaría por ésta situación? ¿A quién/es consultaría por dicho
problema? ¿Considera que la
Psicoterapia podrá contestar las preguntas “Difíciles” de
Matías o evitará que pregunte éstos temas?
Intentaremos
responder a éstos y otros interrogantes en el transcurso del presente artículo,
desde nuestra experiencia en la asistencia de pacientes Oncológicos en el
consultorio de Psiconcología y Cuidados Paliativos.
En
principio, si bien se cuenta con información científica específica, la misma coincide
con la experiencia clínica en que dichas situaciones son de alta frecuencia y
no siempre compartidas con el equipo de salud.
Muchas
veces estos temas pasan desapercibidos y no reciben el consejo oportuno
previniendo y resolviendo problemas futuros de complejidad diversa. Asimismo el tema provoca múltiples
pensamientos y/o sentimientos contradictorios en los familiares que se sienten
confundidos por no saber qué actitudes tomar y no logran identificar a un
miembro del equipo de salud que pueda asistirlos en el tema.
El
tratamiento de estas situaciones puede poner en relieve los propios
sentimientos de temor, tristeza, angustia y otros (tanto en el familiar como en
el profesional) que obstaculizan la comunicación Paciente-Familia-Equipo de Salud. Complicando aún más la situación, el panorama
socio-cultural actual donde la enfermedad, la vejez y la muerte son tomados
como Tabúes que deben ocultarse; el diálogo sobre estas situaciones –por cierto
muy reales- ha perdido terreno en el campo de las relaciones familiares y es
pocas veces considerado dentro de la consulta Oncológica.
Las preguntas difíciles de los Chicos
Con
respecto a la actitud en los chicos, es normal (y muy saludable) que pregunten
directamente usando términos de los que los adultos nos escapamos; es necesario
recuperar ése espacio de diálogo con el consejo profesional adecuado.
Que
los chicos puedan hablar con la persona a cargo de su cuidado y sentir que hay
alguien que los contiene es lo más importante que precisan, si bien no podemos
prometerles que nadie enfermará o morirá, si podremos hablarles de esta
realidad (que la vida mostrará más allá de lo que nosotros intentemos ocultar) y
resultará muy positivo en su desarrollo, ya que irán aprendiendo que siempre
habrá algún adulto que los acompañará y así podrán generar confianza a través de su crecimiento
frente a las circunstancias de crisis en la vida.
Es
cierto que a los niños pueden sucederle situaciones de enfermedad y/o pérdida
de seres queridos y al expresar sus emociones con libertad (tristeza, llanto,
bronca o comportamiento fuera de lo habitual) les permitiría procesar el
momento difícil que atraviesan y obtener las respuestas que están buscando, si
los adultos que los acompañan los escuchan con atención.
Resulta
recomendable preguntar siempre porqué piensa ó pregunta eso que plantea (cualquiera
sea el tema) porque en realidad ya tiene sus ideas y busca en su entorno confirmarlas
o redirigirlas para lograr una respuesta tranquilizadora, tal vez más para “sacar
afuera” sus preocupaciones que para obtener una respuesta concreta sobre lo que
podrá suceder. No nos olvidemos que los adultos de la familia atraviesan la
misma situación, con sus propios conflictos, por lo que resulta conveniente
integrar a los niños junto a toda la familia en las consultas, en algún momento
propicio del tratamiento.
Cuánto más chicos son, más intervienen sus fantasías y es bueno conocerlas para orientarlas mejor y disminuir sus temores.
Cuánto más chicos son, más intervienen sus fantasías y es bueno conocerlas para orientarlas mejor y disminuir sus temores.
Siempre
es conveniente que se pueda expresar la verdad en la medida de su capacidad, no
es saber con detalle lo qué ocurrirá lo que necesitan, sino saber que hay
alguien que los acompaña y cuida en esos momentos; es importante favorecer la
confianza en el entorno y asegurar la presencia, que reafirmará la seguridad de
ser protegidos en la niñez.
La enfermedad y la muerte son realidades, para ello contamos con tratamientos médicos tratando de curar o aliviar, pero además debemos complementar los mismos fortaleciendo la adaptación familiar desde el cuidado y el afecto especiales que se brindan en éstas situaciones al familiar enfermo (compartiendo en familia los momentos malos igual que los buenos).
En
síntesis, reconocer que los niños también perciben y comparten la crisis de
enfermedad en un familiar cercano, facilitará el tratamiento y la adaptación de
toda la familia. Para ello recomendamos consultar con el Profesional de Salud
interviniente, otros especialistas adecuados del Equipo de Salud y en los
Grupos de Pacientes que puedan compartir su experiencia brindando una muy valiosa
orientación.
Nota: el caso mencionado, ha sido elaborado con ejemplos de
las más frecuentes consultas, los
nombres y las situaciones son ficticias.
* Médica Especialista en Oncología
Clínica – Cuidados Paliativos – Psiconcología
** Médico Especialista en Oncología
Clínica – Cuidados Paliativos – Psiconcología
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