¿Dónde me refugio en estos tiempos difíciles?
Por: Lic. Amelia Telechea
Gripe A; desocupación; inseguridad; aumento de precios. Maltratos. Maltratos a los que nos vemos sometidos cotidianamente. Si a esto le sumamos nuestros conflictos personales y familiares y nuestros problemas de salud la lista de malestares se hace cada vez más larga y la carga de padecimientos se hace cada vez más pesada.
Qué debemos hacer en tiempos difíciles para protegernos y no caer vencidos ante los múltiples problemas cotidianos?
Cuál es nuestro refugio ante esta realidad agobiante que nos toca vivir?
Desde ya que no existe una única respuesta e estas preguntas. Las respuestas las irá encontrando cada persona. Y mientras algunos encontrarán en la fe un refugio protector, otros quizás encontrarán en los amigos y la familia un apoyo incondicional y amoroso que los sostenga y les dé fuerza para seguir adelante a pesar de todo.
Y si la lista de malestares a veces se hace larga, también la lista de cosas que nos hacen bien también puede hacerse larga. A modo de ejemplo, enumeramos algunas:
. Rodearnos de personas y objetos que nos hagan bien: familia, amigos, animales, plantas, libros, discos, etc.
. Aprender cosas nuevas. Puede ser pintura, jardinería, cocina, literatura, un idioma, un instrumento musical, etc.
. Hacer alguna actividad física: yoga, tai chi o una caminata al aire libre.
. Cantar y reír más a menudo. Pero no debe ser una risa negadora de la realidad sino una risa espontánea que puede surgir viendo alguna película divertida o simplemente compartiendo anécdotas, cuentos o chistes con amigos.
. Tomar contacto con
. Vivir cada día como un desafío, como una oportunidad. Vivir cada día como dice este sencillo pero muy cierto poema:
La vida
La vida tiene días radiantes,
días felices y días tristes.
Días de soledad
y días de compañía.
Si tienes estos días.
Agradécelo.
Si tienes en tu vida
ojos para ver,
oídos para escuchar,
un cerebro que funciona,
y un corazón que ama y es amado.
Valóralo.
Los griegos decían
que cada día
es una pequeña vida.
Y tenían razón.
A tu día cotidiano.
Vívelo.
Y estar vivos exige un esfuerzo mucho mayor que el simple hecho de respirar. Estar vivos tiene un costo (problemas, padecimientos, malestares) y es en estos tiempos difíciles cuando ese costo se hace notar más aún. Pero quizás el desafío cotidiano consistirá en “seguir contra viento y marea siendo yo” (como dice Joaquín Sabina) y celebrar la vida a pesar de la realidad que nos golpea.
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